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Revisión histórica

 

Proyección ética del médico Ernesto Che Guevara

Ethics projection Medical in Ernesto Che Guevara

 

Marlene Irene Portuondo Pajón1* https://orcid.org/0000-0001-8605-4090

Patricia González Reyes1 https://orcid.org/0000-0002-5225-987x

Alba Rosa García Álvarez1 https://orcid.org/0000-0001-9700-7261

 

1Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Facultad de Ciencias Médicas "General Calixto García. La Habana, Cuba.

 

*Autor para la correspondencia: mportuondo@infomed.sld.cu

 

 


RESUMEN

El pensamiento ético del Che merece una particular atención, al definir normas y valores que contribuyen a la formación sociohumanística de los futuros profesionales de la salud. Explicar la concepción ética médica del Che, su comportamiento profesional y humanista -que debe estar presente en los profesionales y futuros egresados de las ciencias de la salud-, constituye el objetivo de este artículo. Se realizó una revisión de publicaciones periódicas indexadas en la base de datos SciELO y Google Académico, además de: libros, artículos periodísticos y publicaciones periódicas de la época que se encuentran como fondos de la Biblioteca Nacional de Cuba "José Martí". Se consultaron como autores: Aleida Guevara Lynch, Aleida Guevara March y Ernesto Guevara de la Serna. Se resalta que el Che fue un hombre polifacético, profundo y muy crítico, sobre todo con él mismo, y en el centro de su obra, aun en su etapa juvenil, está el ser humano en toda su dimensión. Como médico, investigó temas acerca de la alergia. Se concluye que, en su corta vida como profesional de la medicina, realizó investigaciones científicas con profunda proyección humanista y revolucionaria, acentuó su concepción ética, la cual tuvo como centro su identificación con el sufrimiento humano e intentó tratar la enfermedad más inhumana que sufría el ser humano: la pobreza. Su impronta ha quedado en la medicina por su comportamiento profesional y humano.

Palabras clave: Médicos, medicina; ética; características humanas; conducta social.


ABSTRACT

Che's ethical thinking deserves particular attention, in defining norms and values that contribute to the socio-humanistic formation of future health professionals. Explaining Che's medical ethical conception is the objective of this article. A review of periodicals indexed in the SciELO database and Google Scholar was made; books, newspaper articles and periodical publications of the time that are found as funds of the National Library of Cuba "José Martí". Basic sources were Aleida Guevara Lynch, Aleida Guevara March and Ernesto Guevara de la Serna. It is emphasized that Che was a multifaceted man, deep and very critical especially with himself, and at the center of his work, even in his youth stage, is the human being in all its dimension. It is concluded that in his short life as a medical professional he worked not only from the scientific point of view, but with his profound humanistic and revolutionary projection, which was accentuated from his ethical conception that was centered on his identification with human suffering tried to treat the most inhuman disease suffered by the human being: poverty. His imprint has remained in medicine for his professional and human behavior.

Keywords: Physicians; medicine; ethics; human characteristics; social behavior.


 

 

INTRODUCCIÓN

El pensamiento de Ernesto Che Guevara se ha estudiado en diferentes facetas, muy en particular, su pensamiento político y militar. Sin embargo, resulta de interés enfatizar su concepción ética, particularmente en la medicina, que influye en la formación de los futuros egresados y en los profesionales de la salud en Cuba.

El tema que se trata adquiere cada vez más vigencia, y en particular, la ética médica de Ernesto Che Guevara alcanza en la actualidad valor singular, pues su pensamiento ético constituye sin dudas una valiosa contribución a la teoría marxista, acerca de los valores morales.

El objetivo del trabajo es explicar la concepción ética médica del Che, su comportamiento profesional y humanista que debe estar presente en los profesionales y futuros egresados de las ciencias de la salud.

 

MORAL Y ÉTICA

La ética aparece en la sociedad esclavista, y se ocupa de estudiar la moral, sus principios y sus transformaciones históricas, así como el establecimiento de reglas que deben regir la conducta de los hombres que toma como referencia el bien y el mal. Estos enfoques responden a las concepciones respectivas sobre la esencia del hombre.(1)

En el prólogo a su libro 'Contribución a la crítica de la Economía Política', Carlos Marx afirmó que: "en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones que corresponden a una determinada fase del desarrollo de las fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social."(2)

La moral constituye una de las formas de la conciencia social es un reflejo de las condiciones materiales de la vida de los hombres, tiene carácter histórico y concreto y está en desarrollo constante de acuerdo al avance de la sociedad.

Es preciso tener en cuenta que moral y ética, aunque referidas a un mismo asunto, no resultan sinónimas. Como señaló Federico Engels, "hasta hoy toda teoría moral ha sido, en última instancia, producto de las condiciones económicas de la sociedad (…) Las ideas del bien y del mal han cambiado tanto (…) que no pocas veces hasta se contradicen abiertamente."(3)

Los valores éticos adquieren cada vez más vigencia en la sociedad cubana actual y en especial la ética médica de los trabajadores del sector de la salud por constituir un eslabón fundamental de la sociedad cubana.

La Ética Médica se ha definido como el conjunto de principios y normas que rigen la conducta de los profesionales de la salud -médicos, estomatólogos y otros profesionales vinculados al sector-, los estudiantes universitarios y de nivel medio de las especialidades médicas, las enfermeras y los técnicos de la salud.(4)

La ética médica rige la actuación del profesional de las ciencias de la salud en el desempeño de sus funciones frente al paciente, de los trabajadores de la salud entre ellos y entre estos y los familiares de los pacientes.

Un paradigma de la ética médica lo fue Ernesto Che Guevara. Esta arista de su vida poco ha sido estudiada. Se ha profundizado más en su pensamiento político y militar. De ahí que el estudio de su vida constituya una fuente inagotable e inapreciable en la formación y consolidación de valores éticos, humanistas, solidarios, antiimperialistas e internacionalistas para la presente y futuras generaciones de Cuba, América Latina y el mundo porque el Che alcanza dimensión universal.

 

FORMACIÓN HUMANISTA DEL CHE

El humanismo del Che tiene como centro su amor a la humanidad, fruto de su sensibilidad ante el sufrimiento que le impulsa a modificar su vocación profesional, inicialmente definido hacia la ingeniería, dedicándose a estudiar medicina. En estas decisiones iniciales de su vida intervienen factores afectivos como fue la atención personal a su abuela enferma por 17 días, aquejada de un derrame cerebral. "Mi madre -comenta su padre- había enfermado gravemente y en tal situación le escribí a Ernesto quien, sin titubear, renunció a su trabajo en Vialidad Provincial, y en el primer tren que pudo tomar viajó a Buenos Aires."(5) Y continúa:

"- No se apartó de la cama de mi madre durante todo el tiempo que duró su enfermedad, tratando por todos los medios de aliviar su mal. Todos veíamos que su enfermedad era fatal. Ernesto, desesperado, al ver que su abuela no comía, con una paciencia increíble trataba de hacerle ingerir alimentos entreteniéndola y sin apartarse de ella. Y así estuvo hasta que mi madre se fue de este mundo."(5)

Su impresión fue tal, que comentó a su padre el cambio de profesión. Se dedicaría a la medicina y no a la ingeniería, al inscribirse en la Facultad de Medicina de Buenos Aires (1948-1953), como alumno regular y libre.

Sus estudios no le impidieron otras labores. Había trabajado como enfermero en la flota mercante del Estado y en los barcos petroleros, estuvo empleado como practicante dentro de la Sanidad Municipal; trabajó en el consultorio y laboratorio de alergia del Dr. Pisani, entusiasmándose para especializarse en esa rama médica. Allí se ensayaban toda clase de antialérgicos y vacunas. En este laboratorio efectuó estudios científicos con relación a la alergia.(6)

El recorrido que realizó por América Latina -como estudiante junto a su amigo Alberto Granado- lo identificó y sensibilizó con la situación de los humildes de América Latina. Fidel comenta a Ignacio Ramonet que el Che estuvo en las minas del cobre de Chuquicamata, en Chile, donde el trabajo era muy fuerte, atravesó el desierto de Atacama, visitó las ruinas de Machu Picchu en Perú, navegó por el lago Titicaca, conoció y se interesó mucho por los indígenas de la zona. El 20 de agosto de 1960, cuando ocupaba la responsabilidad de Presidente del Banco Nacional de Cuba, explicó el móvil que lo condujo a realizar el periplo por Latinoamérica:

"(…) por circunstancias especiales y quizá también por mi carácter, empecé a viajar por América y la conocí entera [....] Y por las condiciones en que viajé, primero como estudiante y después como médico, empecé a entrar en estrecho contacto con la miseria, con el hambre, con las enfermedades, con la incapacidad de curar a un hijo por falta de medios, con el embrutecimiento que provocan el hambre y el castigo continuo, hasta hacer que para un padre perder a un hijo sea un accidente sin importancia, como sucede muchas veces en las clases golpeadas de nuestra patria americana; y empecé a ver que había cosas que, en aquel momento me parecieron casi tan importantes como ser un investigador famoso o como hacer un aporte sustancial a la ciencia médica; y era ayudar a esa gente."(7)

En uno de sus viajes al atender a una anciana moribunda, reflexionó que es frente a estos casos que el médico desea un cambio de cosas, algo que suprima la injusticia social. Del contacto directo con esta paciente, escribió los siguientes versos:

"Vieja María, vas a morir
quiero hablarte en serio:
Tu vida fue un rosario completo de agonías,
No hubo hombre amado, ni salud, ni dinero,
Apenas el hambre para ser compartida;
Quiero hablar de tu esperanza,
De las tres distintas esperanzas
Que tu hija fabricó sin saber cómo.
..........
Escucha, abuela proletaria:
Cree en el hombre que llega,
Cree en el futuro que nunca verás.
........
Pero quiero anunciarte,
En voz baja y viril de las esperanzas,
La más roja y viril de las venganzas,
Quiero jurarlo por la exacta
Dimensión de mis ideales.
Toma esta mano de hombre que parece de niño
Entre las tuyas pulidas por el jabón amarillo,
Restriega los callos duros y los nudillos puros
En la suave vergüenza de mis manos de médico.
Descansa en paz, vieja María,
Descansa en paz, vieja luchadora,
Tus nietos todos vivirán la aurora,
LO JURO."
(8)

Se observa en ellos la ética médica y el humanismo del Che: su identificación y compromiso con la causa de los desposeídos y un implícito deber de luchar por transformar esa realidad.

 

SITUACIÓN SANITARIA DE AMÉRICA LATINA

En su viaje por América Latina, anotó en su Diario de Viaje la pésima realidad sanitaria que percibió en América. En el caso de Chile:

"Los hospitales son pobres, carecen en general de medicamentos y salas adecuadas. Hemos visto salas de operaciones mal alumbradas y hasta sucias. El instrumental es insuficiente. Los baños muy sucios. La conciencia sanitaria de la nación es escasa."(9) Más adelante anotaría el estado de desnutrición que allí encontró: "Los chicos son barrigones y algo esqueléticos."(9)

De su recorrido por los países del continente, se percata del divorcio que existe entre la población humilde con la atención médica mercantilista que observa al hombre como cliente y no paciente. No es casual que aquellos desposeídos y con medios más precarios son las que con mayor desprendimiento ofrecen todo, en contraste con las capas adineradas, y los médicos en particular, son los menos receptivos, incapaces de tener un sentimiento de humanidad: Con razón condenó: "¿Quiénes van a ser los médicos? Son, en todo caso…hijos de millonarios explotadores de indios, que utilizan el título como adorno."(9) Se hace implícito la necesidad de transformar esa realidad.

La situación de desatención sanitaria no escapó de la estancia que realizó en los leprosorios en Perú, así como las incidencias de la sociedad en estos enfermos. Al respecto comentó:

"el estado general es desastroso, en un pequeño reducto de menos de media manzana del cual dos tercios corresponden a la parte enferma, transcurre la vida de los condenados que en número de 31 ven pasar su vida, viendo llegar la muerte (por lo menos eso pienso) con indiferencia. Las condiciones sanitarias son terribles, y esto, que a los indios de la montaña no les produce ningún efecto, a personas venidas de otro medio, aunque sea, levemente más culto, las desazona enormemente y de pensar que tendrán que pasar toda su vida entre esas cuatro paredes de adobe, rodeados de gente que habla otro idioma y cuatro sanitarios a quienes ven un rato en todo el día, se produce un colapso psíquico."(10)

Esta marginalidad con el indígena, aún en Perú, constituye aún un sueño guevariano por alcanzar en nuestras tierras. La necesidad de una urgente medicina social es una impronta en la actualidad.

Las paupérrimas condiciones higiénicas que existían en el Hospital de Leprosos, si así se le podían llamar, las comentó su amigo de viaje Alberto Granado:

"no nos asombró ver algodones en el suelo, ámpulas de sulfretona por un rincón y por el otro las historias clínicas, y en un clavo, colgadas promiscuamente, las batas de curaciones con los guantes de cirugía".(11)

Mucho más dolorosa resultó ver el internado: cuatro chozas de barro, sin más abertura que la puerta. En estas casuchas de apenas dos metros de altura, y sobre jergones hechos de caña, vegetan los enfermos, sin la más elemental condición sanitaria ni higiénica. Allí el Che observó la desatención de las autoridades a los niños que padecen de esa enfermedad, ante la entrega de medicamentos, pese a las reiteradas demandas del "único científico del Perú que se preocupa por los pacientes hansenianos."(11)

Su impulso humanista lo lleva junto a su amigo a visitar otro leprosorio en Huambo. Refiriéndose a las manifestaciones afectivas que le expresan los enfermos, el Che decía que todo el cariño dependía de que fueran sin protección y se sentaran entre ellos a charlar de cualquier cosa, incluso a jugar al fútbol. Esto beneficiaria en lo psíquico a los enfermos al sentirse tratados como seres normales.

Esta realidad se observa de igual modo en El Lazareto de San Pablo, en la que permaneció varios días en permanente contacto con los leprosos sin demostrar el menor miedo al contagio, ganándose la simpatía de los enfermos.

¿Qué lección ofrece el Che? Como futuro profesional la semilla humanista estaba presente. Su vocación de la medicina que responda a la sociedad no le es ajena. Los humildes forman parte de ella, y requieren la debida atención.

Recorrería también otras naciones: Brasil, Colombia, Venezuela. En Colombia "estuvimos discutiendo sobre la legislación de la lepra que permite que enfermos no controlados en su fase bacilífera puedan hacer su tratamiento privadamente. Me parece que al Dr. Maldonado no le hicieron mucha gracia nuestras críticas."(11) Y en efecto, no los autorizó a visitar el leprosorio Agua de Dios.

En Caracas, visitan en julio de 1952 un hospital de leprosos: "El hospital es una verdadera casa de brujas. Feo, desportillado, sin pintura."(11) La visita al hospital les permitió vincular la realidad social con la realidad política de esos pueblos.

Ante esta deplorable situación que atravesaban las masas desposeídas de Latinoamérica el Che determinó unir su misión de médico con la de combatiente, pues comprendió que si bien la medicina es una ciencia, esta no contiene un carácter desligado de las condiciones sociales concretas donde se produce: no se puede aceptar el valor universal y neutral de la ciencia que desconozca su relación con la estructura social que la genera, y más cuando están involucrados en esta ciencia los factores sociales.

A su regreso a Buenos Aires en 1952, el Che se reincorpora a los estudios de Medicina. Tuvo que imponerse y estudiar en 7 meses, 15 materias. En noviembre del propio año, aprobó tres materias: Clínica Oftalmológica, Clínica Urológica y Clínica Dermatosifilográfica. En diciembre, aprueba diez de ellas: Patología General Médica, Clínica Obstétrica (Fisiología), Patología y Clínica de la Tuberculosis, Ortopedia, Medicina Legal, Higiene y Medicina Social, Clínica Obstétrica (Patología), Clínica Médica, Clínica Quirúrgica, Patología y Clínica de las Enfermedades Infecciosas. Solo le quedaba una asignatura por presentarse: Clínica Neurológica, la que examinó el 11 de abril de 1953, y culminó así su carrera.

Cuando inició sus estudios en Medicina, la carrera contaba con 30 materias, y a fines de 1951 había aprobado la mitad de ellas. Entre noviembre de 1952-abril de 1953, examinó las 14 restantes: la otra mitad de su carrera. A decir de uno de sus examinadores -que pretendió suspenderlo tras rendir un examen de media hora con ese fin-, no tuvo otra alternativa que alabar la lucidez y la memoria del estudiante donde nunca antes hubo que diera mejores exámenes que este.

Una vez graduado, renuncia a incorporarse a practicar la investigación en su puesto de la Clínica de Pisani. Partiría nuevamente a otras tierras, ahora a Bolivia junto a su amigo Carlos Ferrer. Y mientras sucedía la despedida de sus amigos y familiares en la estación Retiro del ferrocarril General Belgrano, su padre comentó que lo acompañó al tren unos metros caminando por el andén y mientras, él revoloteaba sobre su cabeza rapada un bolsón, gritando: ¡Aquí va un soldado de América!

En Guatemala comenzó a preparar un libro que tituló: La función del médico en América Latina: "con algo de autoridad puedo hablar sobre el tema ya que, si no conozco mucho de Medicina, a Latinoamérica la tengo bien junada."(12)

En Guatemala, el gobierno de Jacobo Arbenz realizó reformas progresistas, donde los militares apoyados por EE.UU. dan un golpe de estado. Allí se encontraban algunos exiliados cubanos, entre ellos Ñico López, que parten junto al Che a México. Aquí, se desempeñó como médico residente en el Hospital General donde presentó tres trabajos de investigación sobre alergia. Uno de ellos titulado: Investigaciones cutáneas con antígenos alimenticios semidigeridos. En carta a su padre le refiere: "En el terreno científico estoy con mucho entusiasmo y lo aprovecho (…). Estoy haciendo dos trabajos de investigación y tal vez inicie un tercero, todos sobre alergia."(12)

Se observa nuevamente la preocupación que el Che muestra por los dolientes. En su libro inconcluso analiza la lucha por la salud del pueblo en "que el médico debe cotejar sus posibilidades frente al complejo escenario que lo rodea". Y más adelante apunta: "La lucha debe plantearse con una fórmula general que garantice el buen éxito posterior y que sea conducente a ganar para el profesional, la confianza primero y el cariño luego de los grupos que estén bajo su responsabilidad médica."(13)

En México, comenzó a estudiar "la histoquímica de la histaminasa."(14) En carta a su familia, le cuenta las condiciones de trabajo con las que cuenta: "aquí trabajo en un laboratorio de bacteriología…y uno de fisiología (y además en el específico de alergia) donde hay que hacer las cosas a puro pulmón, pues no hay ni un triste mechero de gas."(15) Justamente, allí se le ofreció un trabajo como fisiólogo en la Universidad, y otro en un hospital como investigador en el campo de la alergia "pero aquí es muchísimo más fácil ofrecer que dar."(14)

La investigación fue otra de las facetas que se inició en su carrera, y así se muestra en sus cartas, donde con gusto la realiza, aún los escasos medios para desarrollarla. Se entiende por las autoras, que el interés por el estudio de la alergia puede ser debido a su padecimiento asmático. Mientras avanzaba en esa línea, participó en un Congreso.

Es en tierra azteca donde conoció a los revolucionarios cubanos exiliados. Allí, en casa de la cubana María Antonia González, en julio de 1955, se entrevistó por largas horas con Fidel Castro, hecho este que cambiaría el curso de su vida.

Entre estos hombres habrá confluencia de principios e ideas revolucionarias, donde se forma inmediata, a pesar de la clandestinidad a que los revolucionarios cubanos se encontraban, incorporan al Che como médico de los combatientes revolucionarios.

Su padecimiento asmático no le quebró su voluntad. En las inmediaciones de la capital mexicana, se empina el volcán Popocatépetl con más de 5 mil metros de altura y nieves perpetúas. El Che los fines de semana trataba de subir a la cima, con un "esfuerzo heroico", lo que demuestra su carácter, entereza y constancia. El Che conocía que los cubanos tenían el propósito de una revolución nacional liberadora, una revolución antimperialista. No se vislumbraba aún una revolución socialista. El Che se enroló a la causa revolucionaria.

 

EL CHE EN CUBA

En el viaje a Cuba resultó enfermo de un fuerte ataque de asma, al que venció sin una queja ante la falta de medicamentos requeridos. Sin embargo, ante estas circunstancias, cumplió por primera vez durante esta travesía su deber de médico, al suministrarle a Fidel Castro una inyección, por su dolencia febril de 40˚C.

Al desembarcar en costas cubanas, tras el revés de Alegría de Pío, la ética médica del Che se pone de manifiesto nuevamente. Allí cura las llagas de los pies heridos .de sus compañeros, lo que no le impide cambiar en el momento oportuno la mochila llena de medicamentos por la caja de balas. Resultó allí su bautismo de soldado al ser herido.

La ética médica del Che se percibe en las condiciones reales del escenario bélico. Si bien es cierto que se carecía de materiales requeridos para el ejercicio médico, la grandeza de amor y confianza que profesaba a sus pacientes heridos, infundía tranquilidad a los mismos: "Es incalculable -dijo el Che- lo que significa para el que está sufriendo, una simple aspirina, dada por la mano amiga de quien siente y hace suyo los sufrimientos."(15)

Refiriéndose al combate de La Plata dijo: "Allí, con mucho dolor para mí, que sentía como médico la necesidad de mantener reservas para nuestras tropas, ordenó Fidel que entregaran a los prisioneros todas las medicinas disponibles para el cuidado de los heridos."(16)

Si bien es cierto que, entre el ejército de la tiranía y el rebelde aún bisoño, existían diferencias en cuanto al trato de los heridos, el Che no dejó de reconocer el honor militar de algunos médicos que prestaban servicios en las filas batistianas: "nuestros dos compañeros [Leal y Cilleros] -relata el Che- fueron atendidos decentemente por el ejército enemigo, pero uno de ellos, Cilleros, no llegó siquiera a Santiago."(16)

El estado de gravedad de Cilleros impactó notablemente al Che pues una bala había partido su brazo derecho y al atravesar el pulmón se había incrustado en su columna, privándolo del movimiento de sus piernas: "Tratamos de salvarlo -afirma el Che- en la única forma posible de esos momentos: llevándonos los 14 soldados prisioneros con nosotros y dejando los dos heridos."(16) que no podían desplazarse. Conocía que inexorablemente estaba a punto de morir, y el Che se despidió con un beso en la frente al combatiente, diciéndole "las palabras reconfortantes de rigor (…) me miró -escribió- con una sonrisa triste que podía decir más que todas las palabras en ese momento y que expresaba su convicción de que todo había acabado".(16)

Después del Uvero, el Che tiene la misión de permanecer junto a los heridos. Brindó su ayuda médica junto a Joel Iglesias y Oñate: "nuestra obligación era defender hasta la muerte la carga preciosa de heridos que nos habían encomendado."(16) Por eso, su traslado por topografía muy difícil, tuvo en cuenta las condiciones de los heridos: "quizás sea más duro el transporte de cualquier herido, por los sufrimientos mismos del enfermo y para la capacidad de sacrificio de la tropa que el mismo hecho de la herida, por grave que ella sea."(16)

El apoyo de la población campesina estuvo presente. Ofrecieron sus viviendas como hospitales, y contribuyeron- en algunos casos- en la alimentación y cuidado de los enfermos. No es casual que el primer hospital que se crea en la Sierra, lo fundó el Che en la Pata de la Mesa. Téngase en cuenta que la sanidad en estos lugares era nula, y las enfermedades características eran según el Che el "parasitismo, raquitismo y la avitaminosis."(16) No obstante, se preocupó por los medicamentos que necesitaba la tropa: "penicilina o cualquier otro tipo de antibiótico, calmantes: entre ellos la aspirina y medicamentos adecuados para combatir las enfermedades endémicas del lugar. Pueden ser tabletas contra el paludismo, sulfas para diarreas, antiparasitarias de cualquier tipo, etc."(17)

Del mismo modo, la guerrilla, y en especial los médicos que la conformaban, prestaron auxilio a los pobladores de la zona. Cuenta Joaquín Fonseca -campesino- "que a cualquier hora que tú llegaras con un dolor el Che te atendía, él no se andaba con reparos de atenderle los males a la gente. No importa que estuviera cansado o que estuviera como estuviera, enseguida se volvía médico y te atendía."(17)

En la organización de la salud, el Che preveía la necesidad de cirujanos, anestesistas, y ortopédicos. Entre estos últimos se incorporó el Dr. Julio Martínez Páez, al que el Che obsequió su instrumental médico.(18)

Si bien es cierto que cambió su instrumental médico por el fusil, siempre llevó con él la ética que debe tener un médico revolucionario, y comprendió que lo primero que hay que tener para desempeñarse como tal es Revolución como la que se inició en Cuba en 1959.

 

EL CHE EN LA REVOLUCIÓN CUBANA

El núcleo central del pensamiento ético del Che es el hombre nuevo, "…individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad."(19) Este hombre nuevo significa un objetivo a alcanzar en el proceso de la construcción del socialismo: "En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo."(19)

Si bien quiso normar la conducta del médico revolucionario, comprendió que "de nada sirve el esfuerzo aislado, el esfuerzo individual, la pureza de ideales, el afán de sacrificar toda una vida al más noble de los ideales, si ese esfuerzo se hace sólo, solitario en algún rincón de América, luchando contra los gobiernos adversos y las condiciones sociales que no permiten avanzar".

El Che comprendió que no basta el deseo de cambiar, si no va unido a una decisión mayor de transformación." Valoró conceptos donde el sujeto se convierta en el actor principal de los cambios imprescindibles, si en verdad se está dispuesto a conquistar el porvenir."(20)

 

EL CHE EN EL CONGO Y EN BOLIVIA

Su vocación humanista y solidaria lo llevó a otras tierras del mundo: el Congo y Bolivia. En el país africano comprendió que la transformación de la sociedad por la revolución era imposible en esos momentos. Allí las enfermedades típicas eran venéreas, fundamentalmente la gonorrea, casos de intoxicación alcohólica, así como que había falta de medicina en los dispensarios.(21)

En su quehacer por la humanidad, partiría luego a Bolivia. Allí expresaría a sus hombres "Este tipo de lucha nos da la oportunidad de convertirnos en revolucionario, el escalón más alto de la especie humana, pero también nos permite graduarnos de hombres, los que no puedan alcanzar ninguno de estos dos estadios deben decirlo y dejar la lucha."(22) No es casual que entonces caiga en una emboscada en auxilio del médico de la guerrilla que venía en muy mal estado físico, y de otros compañeros. Nuevamente, se corroboró su ética expresada en la ayuda incondicional a los demás, aun en momentos de extrema gravedad.(23) Auxiliar al herido, no sólo reflejó al compañero, sino al médico. En esta acción del legendario guerrillero se observa el humanismo y la ética médica del Che y su identificación con el sufrimiento humano.(24) En este sentido el profesional de la salud tiene la obligación moral de atender al paciente, ofrecerle su cuidado y emplear todos los medios posibles para aliviarlo.(25) El Che es un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones que inspira a ser cada día y en cada momento mejores seres humanos.

¿Cuál es la lección que deja el Che? Fidel responde a Ignacio Ramonet: "El Che simboliza los más altos valores humanos, y un ejemplo extraordinario".(26)

Su legado en Cuba influye en el modelo de médico que impregna la Revolución cubana: un hombre que utilice los conocimientos técnicos de su profesión al servicio de la Revolución y del pueblo, el médico que reconoce que el centro de su trabajo es el hombre dentro de la masa, dentro de la colectividad, el médico que con su acción acumula un preciado tesoro, la gratitud del pueblo,(27) el médico que con su afán investigativo, y que con su espíritu humilde aprende en la gran fuente de sabiduría que es el pueblo.(28)

El pensamiento médico social de Ernesto Che Guevara está presente en el paradigma socio-médico cubano que fundamenta la medicina familiar en Cuba.(29) Los médicos cubanos no llevan bombas, ni armas; sus "armas" son la ayuda y la contribución para salvar vidas en el mundo.(30)

La vocación humana, el espíritu de solidaridad y la conciencia revolucionaria que desarrolló el Che como médico constituyen las bases éticas en el ejercicio de esta profesión en la Cuba actual.

El pensamiento médico social del Che ha contribuido al fortalecimiento del paradigma socio-médico, al darle el valor que le corresponde a lo social en la solución de los problemas de la salud y la enfermedad del individuo y la comunidad, lo que ha posibilitado un desarrollo superior de la conciencia y el actuar médico.(30)

 

CONCLUSIONES

En la formación del Che la preocupación por el hombre es esencial. Es parte de su ética, que aún antes de graduarse como médico en su viaje por las tierras de América palpó las realidades sociales de esos países, y la situación en la que se hallaban sus masas empobrecidas. De ahí la crítica al mercantilismo, la despersonalización de la atención médica y el menosprecio a la acción de los grupos sociales que caracterizan a la medicina en el capitalismo.

Su obra humanitaria se hacía verdad al acercarse a los leprosos, y tratarlos como seres vivientes: profesándoles un verdadero amor. La única solución para el cambio, sería transformar a la sociedad con una verdadera revolución.

Su estancia en la Guerrilla: en Cuba, Congo y Bolivia, no escapó de esa realidad.

 

 

REFERENCIAS

1. Llanes Belet RA. Glosario de filosofía, economía y política. La Habana: Editora ECIMED; 2012.

2. Marx C. Contribución a la crítica de la Economía Política. La Habana: Editora Política; 1966.

3. Engels F. Anti-Dühring. Uruguay: Editorial Pueblos Unidos; 1960. p. 4.

4. Cano Amaro MC. Ética Médica y Bioética. La Habana: Editora ECIMED, 2009.

5. Guevara Linch E. Mi hijo el Che. La Habana. Editorial Arte y Literatura; 1988.

6. Guevara March A. El papel del médico en la Revolución. La Habana: Centro de Estudios Che Guevara; 2012.

7. Guevara de la Serna E. El médico revolucionario. En: V. 2. Obras Escogidas. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1977. p.71-7.

8. Guevara de la Serna E. Sobre Literatura y Arte. La Habana: Arte y Literatura; 1997.

9. Guevara de la Serna E. Notas de Viaje: Chile, ojeada de lejos. En: El papel del médico en la Revolución. La Habana: Centro de Estudios Che Guevara; 2012. p. 6-7.

10. Guevara de la Serna E. Notas de Viaje. Huambo. En: El papel del médico en la Revolución. La Habana; Centro de Estudios Che Guevara; 2012. p.8-9.

11. Granado A. Con el Che por Sudamérica. La Habana: Letras Cubanas; 1986.

12. Guevara de la Serna E. El papel del médico en la Revolución. La Habana: Centro de Estudios Che Guevara; 2012.

13. Guevara de la Serna E. El médico y el medio. Texto inédito de su libro inconcluso La función social del médico. En: El papel del médico en la Revolución. La Habana: Centro de Estudios Che Guevara; 2012. p. 21-4.

14. Guevara de la Serna E. Carta a Tita Infante. 1/3/1956. En: El papel del médico en la Revolución. La Habana: Centro de Estudios Che Guevara; 2012. p. 20.

15. Guevara de la Serna E. Escritos y Discursos. V. 2. La Habana: Ciencias Sociales. La Habana; 1977.

16. Guevara de la Serna E. Pasajes de la guerra revolucionaria. La Habana: Casa de las Américas; 1977.

17. March A. Evocación. México: Ed. Ocean Sur; 2011. p. 52.

18. Suárez Pérez E. Médicos de la guerrilla. Testimonios. 1956-1958. La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado; 2014.

19. Guevara de la Serna E. El Socialismo y el hombre en Cuba. En: Obras (1957-1967). La Habana: Casa de las Américas; 1970. p. 371-3.

20. Ernesto Che Guevara a sus 90. Periódico Escambray [Internet]. 14 jun 2018. Acceso: 02/02/2020. Disponible en: http://www.escambray.cu/tag/ernesto

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Conflicto de interés

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

 

Recibido: 05/11/2020.
Aprobado: 29/11/2020.

URN: http://revcalixto.sld.cu/index.php/ahcgurn:nbn:de:0000-ahcg.v8i3.561.g5526

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