Artículo de Investigación
Teleradiología para el desarrollo de la habilidad diagnóstica
Teleradiology for the development of diagnostic skills
Miguel Angel Amaró Garrido1* https://orcid.org/0000-0002-0532-9273
Eliecer González Valdéz3 https://orcid.org/0000-0003-0080-8096
Jim Alex González Consuegra2 https://orcid.org/0000-0003-0363-7616
Carlos Lázaro Jiménez Puerto4 https://orcid.org/0000-0001-8967-2935
Tatiana Hernández González https://orcid.org/0000-0002-6693-5840
1Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, Facultad de Ciencias Médicas "Faustino Pérez Hernández", Policlínico Universitario "Juana Naranjo León". Sancti Spíritus, Cuba.
2Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, Facultad de Ciencias Médicas "Faustino Pérez Hernández", Hospital General Provincial "Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus, Cuba.
3Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, Dirección General de Salud de Fomento. Sancti Spíritus. Cuba.
4Universidad "José Martí Pérez". Sancti Spíritus, Cuba.
*Autor para la correspondencia: maagdo85@gmail.com
RESUMEN
Introducción:
La limitada capacidad interpretativa en el diagnóstico por imágenes,
afecta la calidad asistencial en la atención primaria de salud en Cuba,
lo cual demanda estrategias de formación virtual para médicos
residentes.
Objetivo:
Implementar un curso virtual con residentes de Medicina Familiar, para el desarrollo
de la habilidad diagnóstica por imagen.
Métodos:
La investigación tuvo un diseño prexperimental, con medición
preintervención y postintervención en tres fases: diagnóstico,
intervención y evaluación. La muestra consistió en 48 residentes
de Medicina Familiar, seleccionados mediante muestreo intencional. Fue realizada
una evaluación integral de habilidades y necesidades, seguida de una
intervención de 12 semanas con un curso virtual, adaptado para un bajo
nivel de conectividad. El impacto se midió mediante pruebas estandarizadas,
análisis estadísticos y enfoques cualitativos que evaluaron la
precisión diagnóstica, derivaciones innecesarias y la percepción
participante.
Resultados:
Se evidenciaron mejoras significativas en residentes, con aumentos del 28 %
en precisión y reducción en derivaciones innecesarias. Se encontró
fuerte correlación (r= 0,76; p < 0,001) entre horas de simulación
y habilidades clínicas, con 3,5 horas/ semanas del umbral ideal. Aunque
valoraron el programa, enfrentaron desafíos técnicos en zonas
rurales. Los residentes de tercer año lograron mayor transferencia clínica,
aunque el estudio a través de dispositivos pequeños fue limitado.
Conclusiones:
El curso virtual mejoró la habilidad diagnóstica por imagen, se
redujeron las hospitalizaciones innecesarias, pero su éxito requiere
inversiones en infraestructura y adaptaciones según el nivel de formación.
Palabras clave: Diagnóstico por imagen; medicina familiar y comunitaria; teleradiología; tecnologías de la información.
ABSTRACT
Introduction:
The limited interpretive capacity in imaging diagnosis affects the quality
of care in Cuban primary health care, demanding virtual training strategies
for medical residents. Objective:
To implement a virtual course with Family Medicine residents for the development
of diagnostic imaging skills.
Methods:
Pre-experimental research design with pre-intervention and post-intervention
measurement in three phases: diagnosis, intervention, and evaluation. The sample
consisted of 48 Family Medicine residents selected through intentional sampling.
A comprehensive assessment of skills and needs was conducted, followed by a
12-week intervention with a virtual course adapted for low connectivity. The
impact was measured through standardized tests, statistical analyses, and qualitative
approaches that evaluated diagnostic accuracy, unnecessary referrals, and participant
perception.
Results:
Significant improvements were observed among residents, with a 28% increase
in accuracy and a reduction in unnecessary referrals. A strong correlation (r=0.76;
p<0.001) was found between simulation hours and clinical skills, with an
ideal threshold of 3.5 hours/week. Although the program was valued, technical
challenges were faced in rural areas. Third-year residents achieved greater
clinical transfer, although studying through small devices was limited.
Conclusions:
The virtual course improved diagnostic imaging skills and reduced unnecessary
hospitalizations, but its success requires investments in infrastructure and
adaptations according to the level of training.
Keywords: Imaging diagnosis; family practice; teleradiology; information technologies.
Recibido:
29/07/2025.
Aprobado: 15/08/2025.
INTRODUCCIÓN
La revolución digital ha provocado un cambio de paradigma en la educación médica global, con la transformación de los métodos tradicionales a través de plataformas virtuales.(1,2) Estas tecnologías no sólo permiten la adquisición de habilidades diagnósticas con una precisión comparable a la práctica clínica convencional, sino que también generalizan el acceso a la formación especializada.(2,3) En el contexto actual, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) surgen como herramientas esenciales para reducir desigualdades en el área de la salud, por superar barreras geográficas y económicas.(3,4)
En el panorama cubano -caracterizado por el modelo de medicina familiar comunitaria- el tema reviste especial importancia. A pesar de los avances en la cobertura sanitaria universal y el amplio despliegue de personal médico, persisten desafíos para lograr una modernización eficaz de las tecnologías de imagen, las cuales evolucionan de manera rápida.(5,6) Del mismo modo, la formación continua en interpretación imagenológica presenta limitaciones críticas, donde residentes en Medicina Familiar (MF) interactúan poco con esta disciplina, lo cual compromete la capacidad diagnóstica en situaciones clínicas demandantes de alta precisión y rapidez.(7,8)
A la vez, estas carencias son evidentes en la provincia de Sancti Spíritus, donde la insuficiente infraestructura digital y limitada capacitación sobre el tema, inciden en la calidad de la atención. Al mismo tiempo, la formaciónen diagnóstico por imágenes de residentes en MF resulta escaso y los programas dedican pocas horas para el desarrollo de esta habilidad, lo que dificulta el desarrollo aptitudes básicas para el diagnóstico clínico.(8,9)
En consecuencia, los autores coinciden en que estas deficiencias son tangibles en la práctica clínica diaria, como retrasos en diagnósticos urgentes y traslados innecesarios a hospitales provinciales. Por tanto, dicha situación sobrecarga el sistema de salud, de manera que compromete la efectividad de la atención primaria.
Ante esta realidad, el presente estudio tuvo como objetivo implementar un curso virtual con residentes de Medicina Familiar para el desarrollo de la habilidad diagnóstica por imagen.
MÉTODOS
Se implementó un diseño preexperimental, con una medición pretest y postest, estructurada en tres fases secuenciales: diagnóstico, intervención y evaluación. Este enfoque permitió evaluar el impacto de una intervención educativa virtual en entornos reales de atención primaria. El estudio se realizó en el Policlínico Universitario "Juana Naranjo León", a través de la Universidad Virtual de Salud de Sancti Spíritus, entre enero y junio de 2025, con la participación de residentes activos en Medicina Familiar.
La población del estudio incluyó a residentes de Medicina Familiar de la provincia (N = 78). Mediante un muestreo intencional no probabilístico, se seleccionó una cohorte de 48 participantes. El tamaño de la muestra se determinó mediante cálculos estadísticos para poblaciones finitas (intervalo de confianza del 95 %, error alto del 5 %), con la incorporación de un sobremuestreo del 20 %, para considerar posibles deserciones.
Los criterios de inclusión fueron:
Los criterios de exclusión aplicaron para:
Mientras que, los criterios de salida consideraron:
Fase diagnóstica (cuatro semanas)
Se identificaron las necesidades específicas de capacitación para establecer una vía bien sustentada. Comenzó con una evaluación integral de habilidades mediante un examen teórico-práctico estandarizado y validado por profesionales expertos, que abarcó 120 casos clínicos representativos de situaciones comunes en atención primaria.
En paralelo, se realizó una auditoría retrospectiva de las historias clínicas en los consultorios para cuantificar los ingresos innecesarios a los hospitales provinciales en los tres meses anteriores, según criterios y protocolos validados. Además, se organizaron grupos focales con tutores clínicos locales y expertos en imagenología (análisis Delphi).
Las discusiones -analizadas con el método Delph- destacaron brechas críticas en la interpretación de radiografías simples, ya que el 68 % de profesionaes residentes tuvieron dificultades con la detección de la neumonía. En la ecografía POCUS, solo el 22 % había sido entrenado con el método FAST, mientras en la detección de signos de alarma (Red flags) en tomografías axiales computarizadas (TAC), el 42 % del estudiantado, presentó errores en el diagnóstico de las hemorragias craneales. Esta triangulación metodológica orientó el diseño de la intervención posterior.
Fase de Intervención (12 semanas)
La etapa central consistió en la implementación del curso virtual titulado: "Curso de Imagenología para Medicina Familiar", diseñado para desarrollar habilidades básicas mediante tres módulos articulados:
1. Interpretación de radiografía simple
2. Ecografía POCUS básica
3. Detección de hallazgos críticos en tomografías axiales computarizadas
La plataforma Moodle -ajustada para un bajo nivel de conectividad-, integró actividades de microaprendizaje descargables (≤15 min), foros de discusión clínica y mentorías semanales sincrónicas con la partocipación de especialistas en imageneología. Para garantizar la accesibilidad, se habilitaron ajustes técnicos para celulares de gama media y materiales offline, mientras se registraba de forma automática el tiempo de interacción con los ejercicios y evaluaciones.
Fase Evaluativa (4 semanas)
En esta fase se evaluó el impacto de la capacitación y la transferencia a la práctica clínica. Se realizó una prueba posterior, que mantuvo los mismos estándares metodológicos de la inicial, para garantizar la comparabilidad. A la vez, se observaron y se dió seguimiento a los historiales médicos de quienes participaron durante los tres meses posteriores a la capacitación, para cuantificar los cambios en la precisión diagnóstica.
La satisfacción y la utilidad se evaluaron mediante una escala de Likert de 5 o 7 puntos, con previa validación, donde se midió la percepción de los participantes sobre la calidad, utilidad y aplicabilidad de la capacitación. Los cuestionarios incluyeron ítems en los cuales, cada estudiante indicaba el grado de acuerdo o satisfacción, en una escala que estuvo desde "Muy en desacuerdo" hasta "Muy de acuerdo". Esta midió la percepción del grupo en cuanto a la calidad y utilidad de la capacitación. Dicha evaluación se complementó con grupos focales que exploraron las barreras para la implementación. Los indicadores de resultado incluyeron:
Las variables del estudio se operacionalizaron en tres dimensiones principales, para la evaluación integral de los diversos aspectos del proceso y los resultados. En primer lugar, la dimensión de resultados clínicos incluyó la precisión diagnóstica, medida por el porcentaje de respuestas correctas a las pruebas realizadas, y las derivaciones clínicas innecesarias, cuantificadas mediante el registro de estos eventos, durante auditorías mensuales específicas.
En segundo lugar, la dimensión del proceso educativo se centró en las horas de simulación, registradas de manera automática, y las habilidades clínicas, evaluadas mediante revisiones sistemáticas de casos y procedimientos, realizados por cada participante.
Posterior a ello, la dimensión de percepción consideró aspectos subjetivos relacionados con la experiencia individual y los midió mediante una escala Likert de 1 a 5, para evaluar la satisfacción general. Esta dimensión se complementó con las narrativas recopiladas durante los grupos focales, con la proporción de una comprensión más profunda de las percepciones y experiencias del grupo de estudio.
Se realizó una triangulación metodológica, a fin de garantizar la profundidad y la fiabilidad de los resultados. Al comenzar, se realizó un análisis cuantitativo con el programa SPSS (versión 28), que incluyó la prueba t de Student para muestras pareadas, para comparar los resultados antes y después de la intervención. También se empleó una regresión lineal múltiple para explorar el impacto de diferentes variables, al seleccionar las habilidades como una variable dependiente y las horas de simulación, el año de residencia y el acceso a la tecnología, como variables independientes. Se aplicó un análisis de varianza (ANOVA) unidireccional, con el objetivo de comparar diferentes cohortes e identificar posibles diferencias significativas.
En paralelo, se realizó un análisis cualitativo con el software MAXQDA, que incluyó la codificación temática de las narrativas de los grupos focales y los diarios de campo. Para reforzar la validez de los resultados, se implementó un proceso de triangulación entre dos investigadores, con la obtención de un coeficiente Κ superior a 0,75, lo cuL indicó una concordancia sustancial en la categorización de los datos.
Al final, la integración de los enfoques se facilitó mediante la construcción de una matriz de convergencia, que permitió la comparación y complementariedad de los resultados cuantitativos y cualitativos. De la misma forma, se realizó un análisis cruzado para identificar las características distintivas y los resultados de los perfiles de bajo y alto desempeño, lo cual permitió una perspectiva más integral y humana sobre las variaciones observadas.
Para garantizar la validez interna del estudio, se implementaron medidas específicas para controlar posibles sesgos. Estas incluyeron la homogeneización de las cohortes por año de residencia, lo que aseguró la similitud en las características de los participantes.
De igual manera, se utilizaron instrumentos estandarizados con versiones paralelas, para evaluaciones más consistentes y fiables. La separación de tareas entre evaluadores y tutores redujo la subjetividad de las evaluaciones, a fin de reforzar la objetividad de los resultados.
La validez de la investigación se aseguró mediante el uso de casos clínicos reales, además de simuladores adaptados a los recursos locales, con la capacidad de permitir la aproximación cercana a la práctica profesional diaria. La fiabilidad de los instrumentos cuantitativos se verificó mediante el cálculo del alfa de Cronbach, y este obtuvo valores superiores a 0,85, lo cual expresó la alta consistencia interna de las medidas utilizadas.
Para facilitar réplicas en escenarios similares, se desarrolló un kit de implementación, disponible en el repositorio abierto en la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, que incluyó:
1. Banco de datos con 200 casos clínicos anonimizados con imágenes radiológicas.
2. Manual de ajustes técnicos para baja conectividad.
3. Protocolos de mentoría para imagenólogos.
4. Plantillas de instrumentos con evaluaciones validadas.
El presente estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la investigación y se adhirió a los principios éticos establecidos en la Declaración de Helsinki. En este sentido, se obtuvo el consentimiento informado de la totalidad de participantes, lo cual aseguró la comprensión de los objetivos del estudio, el derecho a la confidencialidad y la libertad para retirarse en cualquier momento. Asimismo, se garantizó el anonimato de los datos, mediante la codificación de la información y la eliminación de cualquier elemento que pudiera permitir la identificación de quienes participaron en el estudio.(10)
RESULTADOS
El análisis pretest-postest reveló el incremento significativo en la habilidad diagnóstica por imagen de residentes. Como muestra la Tabla 1, las áreas con mayor progreso fueron radiografía de tórax y detección de red flags en tomografías axiales computarizadas, mientras la ecografía tiroidea presentó avances moderados. (Tabla 1)
La auditoría clínica evidenció una disminución importante en remisiones evitables, de manera particular, en enfermedades prevalentes en la atención primaria. Como muestra la Fig. 1, las neumonías no complicadas y los dolores lumbares mecánicos mostraron las mayores reducciones.
Se observó una correlación positiva fuerte (r = 0,76; p < 0,001) entre las horas dedicadas al entrenamiento en simuladores y la mejora en las evaluaciones prácticas, lo que respalda la eficacia pedagógica del modelo implementado. Como se detalla en la Fig. 2, el umbral óptimo de entrenamiento se situó en 3,5 horas por semana. Además, se identificó que residentes que superaron las 3,5 horas semanales en simulación presentaron una curva de aprendizaje acelerada, con particularidad en la capacidad para identificar patrones clínicos sutiles.
El cuestionario evidenció una alta valoración respecto a la relevancia clínica del sistema, con una media de 4,5 sobre 5, lo que reflejó la percepción positiva acerca de la utilidad de este en la práctica diaria. No obstante, también se identificaron desafíos técnicos importante, en particular las relacionadas con la conectividad y la estabilidad eléctrica, que representaron barreras considerables, de forma especial en áreas rurales, con afectación de la continuidad y la calidad de las sesiones síncronas.(Tabla 2)
Los residentes de tercer año mostraron mayor transferencia a la práctica clínica, mientras que los de primer y segundo año experimentaron mayor crecimiento en habilidades técnicas (Fig. 3):
Hallazgos no anticipados
DISCUSIÓN
La actual investigación demostró que el desarrollo de la habilidad diagnóstica por imagen -a través de entornos virtuales adaptados a escenarios docentes con escasos recursos- puede superar las barreras tradicionales de acceso a la formación especializada.
Los resultados revelaron mejoras significativas en la precisión diagnóstica de residentes, de forma especial en áreas sensibles al tiempo, como la identificación de neumonía o fracturas ocultas. Un aumento en la precisión pos-intervención sugiere que la simulación local basada en casos actúa como un catalizador eficaz para reducir errores críticos. Este resultado es coherente con las postulaciones de Fabro y otros,(11) y Chen y otros,(12) sobre el aprendizaje situado, donde la transferencia de habilidades depende de la inmersión en ambientes clínicos auténticos.
A pesar de eso, el progreso moderado en la ecografía tiroidea advierte que algunas habilidades aún requieren interacción táctil presencial, esto recuerda que la tecnología complementa, pero no reemplaza, las dimensiones sensoriales de la práctica médica. La comparación de estos resultados con la literatura internacional revela similitudes y divergencias significativas.(12,13,14) Por un lado, la reducción en las derivaciones innecesarias corroboró estudios realizados en sistemas fragmentados, como el reportado por Belfi et al.,(15) y Majumder y otros,(16) donde la capacitación inicial demostró ser una estrategia de optimización de recursos. Sumado a esto, la fuerte correlación entre las horas de simulación y las habilidades clínicas coincide con Shah y otros,(17) sobre pedagogía médica digital, lo cual refuerza el principio de que la exposición deliberada predice el dominio.
En cambio, mientras que la investigación en contextos tecnológicos privilegiados favorece las herramientas inmersivas costosas, este trabajo demuestra que las soluciones de baja tecnología, como las aplicaciones móviles con mentoría experta, logran resultados comparables en términos de precisión diagnóstica, lo cual desmiente la necesidad de una inversión significativa en entornos periféricos. (18,19,20)
Por otra parte, las limitaciones del estudio, lejos de debilitar los hallazgos, apuntan a futuras intervenciones. La inestabilidad energética mencionada por residentes rurales, por ejemplo, no solo fue un obstáculo logístico, sino también un recordatorio de que las tecnologías de la información y la comunicación requieren infraestructura básica para democratizar el conocimiento.
No obstante, los autores del proyecto observaron un potencial considerable, pues la ausencia de brechas urbano-rurales, en cuanto a la precisión radiológica basal confirma que las adaptaciones fuera de línea pueden mitigar las desigualdades territoriales, mientras que el efecto multiplicador en los tutores clínicos indica un impacto sistémico que trasciende a los participantes directos. Así también, virtualizar la capacitación en imagenología demuestra ser un acto de equidad en lugar de sofisticación; el valor radicó en adaptar las pedagogías a contextos humanos específicos, no en reproducir modelos estandarizados. Por ello, los resultados obtenidos exigen una reconsideración de las prioridades de inversión, si bien la tecnología es esencial, la efectividad depende de las condiciones propicias, como la energía estable o el equipo adecuado, sin las cuales persisten las exclusiones.
También cabe señalar que la diferencia en la transferencia clínica según el año de especialización, donde los principiantes han perfeccionado las habilidades técnicas mientras residentes avanzados han optimizado el juicio diagnóstico, subraya la necesidad de currículos diferenciados que reconozcan la diversidad de trayectorias formativas. Por todo lo anterior, este estudio aporta evidencia que respalda una premisa humanizadora, las limitaciones estructurales no impiden la innovación, sino que la obligan a ser más creativa y pertinente.
En conclusión, el curso virtual implementado mejoró la habilidad diagnóstica por imagen. La reducción de hospitalizaciones innecesarias reflejó un impacto clínico en la eficiencia del sistema. Pese a ello, las barreras de infraestructura revelaron que la tecnología por sí sola no es suficiente.
Este éxito diferencial apunta que las intervenciones futuras deben adaptarse al nivel de formación, con énfasis en las habilidades técnicas de los residentes de primer año y el criterio clínico en los de tercero. Tales resultados posicionan una alternativa viable para entornos limitados, aunque la escalabilidad requiere analizar las desigualdades tecnológicas identificadas.
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Conflicto de interés
Los autores no declaran conflictos de interés.
Financiación
Autofinanciado.
Contribución de los autores
Conceptualización:
Miguel Angel Amaró Garrido.
Curación
de datos: Miguel
Angel Amaró Garrido, Jim Alex González Consuegra, Carlos Lázaro
Jiménez Puerto.
Análisis
formal: Miguel
Angel Amaró Garrido, Jim Alex González Consuegra, Eliecer González
Valdéz, Carlos Lázaro Jiménez Puerto.
Administración
del proyecto:
Miguel Angel Amaró Garrido.
Investigación:
Miguel Angel Amaró Garrido, Jim Alex González Consuegra, Eliecer
González Valdéz, Carlos Lázaro Jiménez Puerto.
Metodología:
Miguel Angel Amaró Garrido, Jim Alex González Consuegra, Eliecer
González Valdéz, Carlos Lázaro Jiménez Puerto.Recursos:
Miguel
Angel Amaró Garrido.
Supervisión:
Miguel Angel Amaró Garrido, Carlos Lázaro Jiménez Puerto.
Validación:
Miguel Angel Amaró Garrido.
Visualización:
Miguel Angel Amaró Garrido, Jim Alex González Consuegra.
Redacción
del borrador original: Miguel Angel Amaró Garrido, Jim Alex González
Consuegra, Eliecer González Valdéz, Carlos Lázaro Jiménez
Puerto.
Redacción,
revisión y edición: Miguel Angel Amaró Garrido, Jim
Alex González Consuegra, Eliecer González Valdéz, Carlos
Lázaro Jiménez Puerto.